– ¿Cuándo cometí el primer error?
– Cuando nací como Mihály Ladányi
escogiendo la llanura como tierra natal,
el ramo de acacia como corona,
el abrigo de bolsillos vacíos,
el zapato desgarrado,
el álamo como brújula,
el viento lluvioso como perro,
la amante coqueta,
el objetivo que se deshace en la lejanía.
– ¿Es Usted un genio?
– Negativamente sí.
(Entrevista)
Prólogo
Mihály Ladányi nació el 12 de febrero de 1934, en Dévaványa, en la Gran Llanura Húngara. Su padre fue zapatero, artesano del cuero y de oficio carpintero de obra. Su madre proviene de una familia de pastores, y después de contraer matrimonio se dedicó a las labores como ama de casa.
Ladányi publicó sus primeros poemas a principio de los años 50. Sin embargo sus inicios en la poesía comienzan cuando forma parte como miembro de la famosa antología poética Danza del fuego que apareció publicada en 1958. Los poetas jóvenes de la Danza del fuego respondieron al desafío de la época con una visión moderna sobre el socialismo.
Encontraron su ejemplo a seguir en la obra de Attila József, quien expresó toda la disonancia de su época, no conoció el falso optimismo obligatorio, pero se dio cuenta „con absoluta claridad de que tan solo la transformación social más radical, que instituye un verdadero cambio epocal, podría ofrecer una salida para la peligrosa secesión de crisis que caracterizaron al siglo XX en su totalidad.” [1]
Attila József escribió:
Tras los sacerdotes, los soldados y los burgueses,
al fin nos hemos vuelto fieles
oidores de las leyes:
por eso el sentido de toda obra humana
zumba en nosotros
como un violón.
(Al borde de la ciudad,
versión de Fayad Jamís)
Ernesto Che Guevara en los años 60 habló y escribió sobre el proceso problemático de la URSS y de los países llamados socialistas de Europa del Este. „Pienso que el Che tuvo una visión de profeta cuando en épocas tan tempranas como en los primeros años de la década del 60, ya fue capaz de ver todos los inconvenientes, todas las consecuencias que podía tener el método que se estaba utilizando en la construcción del socialismo en Europa del Este” – Fidel Castro en una entrevista, en 1992, dijo. [2]
Desde los años 60 los poetas destacados de la antología Danza del fuego, como Mihály Ladányi, Imre Györe, se dan cuenta de estos inconvenientes en Hungría, y los critican fuertemente, ven en ellos el peligro de la posible restauración del capitalismo, con secuencias fatales del nacimiento de una nueva burguesía, de una élite antisocialista durante el período de la transición, problemas que luego llevaron a nuestro país en 1989 al cambio de sistema, a la restauración burguesa de la sociedad.
La política cultural del régimen de Kádár consideró a estos poetas como una oposición de izquierda llamándolos maoistas o guevaristas, y los puso en la categoría ”soportable”, aislándolos de diversos modos.
El joven Ladányi parecía un poeta vagabundo, como un moderno Villon.
Citamos estos versos:
Casi sin casa,
entre hoteles,
cobertizos de heno,
orillas de cunetas,
ando por este mundo, estrecho para otros,
con mi maleta
– un poco más grande que sendos egoísmos –
casi sin exigencias
como los animales que ganan pan para el campesino,
como los pájaros sin queja
y cantando como los pájaros.
(Como los pájaros,
versión de Isabel Pérez Montalbán)
Hubiera podido vivir hermosamente
porque para eso tenía aptitud,
tenía la noche serena y
pasaba horas enteras sin llorar.
Las noches ahora me tiran un lazo corredizo
y mis arterias me estrujan la garganta.
Si estoy amargo ¿quién me hace amargo?
Vivo mi vida
siempre tengo pan y amante
y el vino jamás falta en mi vaso.
(Hubiera podido vivir hermosamente,
versión de Yolanda Ulloa)
Pero detrás de su vida vagabunda, detrás de sus inquietantes aventuras hubo motivos sociales muy profundos. En una confesión suya escribe: „…me ataron demasido mis tropiezos en los diferentes círculos de la sociedad – desde adquirir los conocimientos básicos, hasta obtener empleo conveniente para mi conciencia en la vida social. Luego me doy cuenta que la causa de mis tropiezos es mi conciencia, soy como un campesino peregrino con su fuerza de trabajo, a quien reciben en la décima fábrica recelosamente, mientras tanto toda su vida se desgastó en el trabajo. Si él es un símbolo – y lo es – entonces yo también soy algo parecido, sabiendo que no tendremos mucho éxito…”
Y escribe:
Soy el instrumento de algo,
siempre siento sobre mí un gran ojo ardiente…
(Hubiera podido vivir hermosamente,
versión de Yolanda Ulloa)
¿De quiénes es este gran ojo ardiente?
De los que gesticulan sudorosos, de los de las palmas de hojalata, de los que duermen en colchón húmedo. Con ellos se encuentra en la cantina donde la conversación no es tan delicada como – por ejemplo – en las noches del Club PEN.
Pero ellos no son como „Zutano que se vendía tantas veces y a tantos como podía, / y Mengano que era de la opinión / que solamente la opinión oficial / es la única que se debe aceptar, / y el amigo de Mengano que estimó solo / lo que se podía comer o beber.”
Sus palabras son una crítica fuerte contra el régimen de Kádár donde reciben a los pobres recelosamente como también a su poeta, Mihály Ladányi.
No fue nada fácil conseguir que esta voz llegara a la publicación.
„Cuando empecé a escribir el primer obstáculo fue el comienzo difícil. La poesía social que he conocido estaba metida de lleno en el esquematismo. Me di cuenta de que el elemento más importante de la eficacia de la poesía socialista es la sinceridad. Decidí que cultivaría la poesía con una absoluta sinceridad. Entonces vino el segundo obstáculo: en las redacciones no leyeron con gran entusiasmo mis poemas escritos en un acceso de sinceridad. En estos poemas surgen las glosas contra los inconvenientes del mundo.
Salvé este segundo obstáculo haciéndome un payaso. Empapé en mi voz de taberna los poemas de contenido duro convirtiéndolos casi en coplas”:
Cuando el hombre nace:
recibe un país como regalo
con su rey y con dorado escudo
y respectivamente el país tendrá valles y montañas
eso en el mejor de los casos.
Cuando el hombre nace:
recibe una ciudad como regalo
con alumbrado especial y con alcalde
y la ciudad bonita con alcalde bueno
será si la suerte lo acompaña.
Cuando el hombre nace:
recibe una calle como obsequio
con el nombre histórico superúltimo
y si nació un día venturoso, entonces
recibirá una calle por donde va el transporte.
Cuando el hombre nace:
recibe una habitación como un obsequio
con cocina y umbral
y si la suerte lo acompaña
hasta encuentra una cama en la que no se aburre.
Cuando el hombre nace:
recibe una caja de madera de regalo
con un nombre y dos fechas doradas
y si un poco de suerte lo acompaña
cuando pase el tiempo
alguien recordará esas fechas.
(Si tienes un poco de suerte,
versión de Yolanda Ulloa)
Su obra poética a partir de los años 70 se vuelve una poesía de penuria. Podemos citar ejemplos de sus eróticos poemas de amor:
¿Dónde estáis, mujeres austeras,
las de senos de hierro, y pechos de luna blanca,
que nos maman la sed para la justicia?
Una sola huella me mostraría el camino
delante de las terrazas de las cafeterías,
donde se oye el comer-beber, el comer-beber,
un único movimiento me llevaría a vosotras
del apiñamiento de los mercados,
una única palabra me pondría a viajar
hacia mi suerte que angustiosa me espera.
Entre nosotros hay silencio, mujeres austeras,
las de senos de hierro, y pechos de luna blanca.
Quisiera apretar sobre mi corazón
vuestra palabra estimulante, queridas,
pero solo oigo el chachareo, y el chachareo siempre
del dinero, de la moda… ¡Grito por vosotras!
Porque solo tengo angustia, tengo angustia, mujeres,
y no siento vuestros corazones, solamente vuestras bocas.
(Entre nosotros hay silencio,
versión de Yolanda Ulloa)
Oh, no temo de las mujeres,
las conozco y
beso en la boca quien me esté dado,
pero luego
sigo a una durante toda la noche
quien me mira desde la esquina
y otra vez veo que no eres tú,
hoy también se mece tu falda en otra calle.
(Vagabundeo detrás de ti,
versión de Yolanda Ulloa)
Buenas noches, soledad, amor,
buenas noches, mi tiritón.
He probado todo bajo el sol,
ya no puede humillarme nadie,
ni poder, ni mujer, ni amigos,
ya llevan mis pies
en dirección frente a suerte.
(Buenas noches, soledad, amor,
versión de Isabel Pérez Montalbán)
Esta penuria y soledad lo hace cercano al pensamiento del gran poeta húngaro del siglo XVIII, Mihály Csokonai Vitéz, quien preguntó a su amante: ¿por qué no arde su corazón, si hace arder el corazón del otro, por qué se equivoca la ley de la Naturaleza?
Los críticos atacan a Ladányi llamándolo anarquista o pequeñoburgués. En 1966 le castigan con „el silencio”, es decir no le permiten publicar, sus poemas durante un año no aparecen en los periódicos, ni en las revistas literarias. El poeta se establece en Csemő, en una aldea cerca a la ciudad Cegléd. Intenta cultivar viñas, sin mucho éxito. En esta soledad yerma su poesía se vuelve una gran poesía nacional. El poeta es fuerte crítico de la desorientación que lleva el país hacia la restauración capitalista.
Su voz se vuelve grotesca:
– ¿Cuándo cometí el primer error?
– Cuando nací como Mihály Ladányi
escogiendo la llanura como tierra natal,
el ramo de acacia como corona,
el abrigo de bolsillos vacíos,
el zapato desgarrado,el álamo como brújula,
el viento lluvioso como perro,
la amante coqueta,
el objetivo que se deshace en la lejanía.
– ¿Es Usted un genio?
– Negativamente sí.
(Entrevista,
versión de Yolanda Ulloa)
Yo no alcancé muchas cosas Al fin y al cabo soy un don nadie Yo dejo poemas detrás de mí Corre esta vida confusa Hasta cuándo se meten conmigo unos funcionarios |
¿Tú qué alcanzaste? ¿Qué eres tú? ¿Tú qué? ¿La tuya no? Por ejemplo tú. |
(Paralelos,versión de Isabel Pérez Montalbán) |
y cuando el viento
lleva consigo
la nube desangrada
les brilla un nuevo Sol
y recitan otra vez el Nuevo Mundo
pero mientras tanto quieren el viejo
y durante la resurrección
de los señores jueces
se tararean marchas roncas,
y nosotros nos miramos
inactivos, impotentes y recelosos
de nuevo.
(Fragmento,
versión de Antonio Orihuela)
Usted no es deudor
de la Caja de Ahorros,
sino de Robespierre
y de Karl Marx.
(Rectificación,
versión de Isabel Pérez Montalbán)
En 1969 publicó su poemario Música para guitarra, homenaje a Ernesto Che Guevara. Con este ciclo de poemas cerró su sexto libro titulado Al lado opuesto. El poemario Música para guitarra nació al mismo tiempo cuando Juan Gelman escribió su famoso poema Conversaciones o Roque Dalton suCredo del Che. Los poetas rebeldes de América Latina protestaron contra el oportunismo que llevó a la muerte al comandante Che Guevara, y lo mismo hizo el poeta húngaro en un ambiente donde al héroe lo condenaron como un hereje del marxismo. El dolor de Ladányi condena esta actitud horrorosa de la cual escribió el propio Che:
„Un diario de Budapest critica al Che Guevara, figura patética y, al parecer irresponsable y saluda la actitud marxista del Partido Chileno que toma actitudes prácticas frente a la práctica. Como me gustaría llegar al poder, nada más que para desenmascarar cobardes y lacayos de toda ralea y refregarles en el hocico sus cochinadas.” [3]
Comparando con los poemas de los poetas latinoamericanos la única diferencia es que Ladányi tuvo que hablar de modo oculto:
Habría que hablar de ti y cantar tu nombre,
como canta el soldado a quien capturan,
pero tu nombre es la primera palabra de cada signo estratégico,
así pues pronunciarlo está prohibido.
(Las horas antes de la aurora, versión de Yolanda Ulloa)
En otro poema aparece Guevara como símbolo contra la desorientación, contra los inconvenientes, las consecuencias que podía tener el método que se estaba utilizando en la construcción del socialismo en Europa del Este:
Mientras tanto los economistas excitadamente nos explican
el principio del interés individual
en la sociedad colectiva,
mientras tanto nos enseña Guevara para ser valientes
y las noticias del periódico nos empujan hacia los búnkeres de los agujeros de ratón,
donde podemos defender lo que tal vez nunca tendremos,
mientras tanto los pequeños dioses devoran al gran Dios,
esparcen relámpagos y fabrican truenos
y preparan bajo nosotros calderas de azufre,
mientras el homo sapiens se perfecciona en juegos olímpicos
pero la industria nos quita la costumbre de andar a dos patas
y el maullar furioso prohíbe la música,
¡tú no te preocupes!
El viento zumba aún su melodía al árbol huérfano de la noche,
el grillo aún cuenta su cuento a la hierba despertada
y el hambriento también afila su cuchillo.
(Folclore, versión de Isabel Pérez Montalbán)
Pero no olvidemos la última estrofa del poema que anteriormente se cita.
Ladányi nunca perdió su fe en la posibilidad histórica del socialismo. Por eso se dirigió al obrero, diciéndole:„¡vuelve!”
Durante años te rodeó la gloria,
tu gorra con visera estaba de moda,
las actrices se la ponían en una pose de granuja,
cómo utilizó tus palabras preferidas la literatura.
Miles vivieron de ti,
te nombraron diputado, te transportaron en coche negro.
La historia – así pareció –
indemnizó a sus desalojados.
Desde tu edad de aprendiz el torno,
al día de cobro la barra, unas jarras de cerveza.
En casa la mujer gorda por los partos.
El chaval no te presenta en la fiesta universitaria.
Unos años más, y se comenta en la plaza
que estás flojo, que no trabajas –
Y las odas
se convierten en glosas.
¿No sé que puedo pensar de ti?
¿A mí me echas de menos? ¡Vuelve!
Tal vez tienes unos compadres en alguna parte.
La barra del bar con el mismo charco de cerveza que ayer.
No estés con los brazos cruzados en casa,
no cortes el cesped,
no lleves de paseo el perro por la noche.
Ven entre la gente. Haces falta. ¡Vuelve!
(Vuelve, versión de Antonio Orlimela)
En su poemaOptimismo dice: „No nos pueden ahogar / dos veces en el mismo río” –, y cree en un futuro cuando „Karl Marx sale del cartel publicitario, / Prometeo provoca incendios libremente.”
El poeta Mihály Ladányi murió el 20 de septiembre de 1986, tres años antes de que llegara a realizarse la restauración burguesa.
András Simor
HUBIERA PODIDO VIVIR HERMOSAMENTE
Como los pájaros
Casi sin casa,
entre hoteles,
cobertizos de heno,
orillas de cunetas,
ando por este mundo, estrecho para otros,
con mi maleta
– un poco más grande que sendos egoísmos –
casi sin exigencias
como los animales que ganan pan para el campesino,
como los pájaros sin queja
y cantando como los pájaros.
Como un excursionista
busco lugar para poder pasar la noche,
busco la hermosura para mis ojos
y el camino para mis pies
en esta libertad que se llama el tiempo de una generación.
No pronuncio facilmente la palabra, pero
ajena a mí es la tristeza.
Sé que el mayor hallazgo en esta época,
entre los nuevos milagros e inventos,
es que vivo.
Y ahora como te veo en este poema
es bueno que tú estés aquí
y no nos pudramos en algún lugar
ni muerto,
ni vivo.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Pliego de impuestos
Me siento aquí en la escalera
como aquél que subió diez pisos.
De los crímenes absueltos de la adolecencia
ahora entro
al círculo de mis crímenes no absueltos.
Tengo que aprender este mundo
pues lo tengo en mis hombros.
Dentro de poco serán las tres de la tarde,
y en esta inundación deslumbrantemente azul
como una tristeza de la edad de la pubertad
germina y brota en mí
algo desconocido.
Me importaron un bledo mis problemas hasta ahora,
vagabundeaba como la sombra sobre el agua.
Entre los montes me alcanzó la noche,
pero nadie se preocupaba por mí.
El tiempo se va, y hoy oscurece mi nombre
en un pliego de impuestos.
He aquí el poema implacable
de todos los días descoloridos.
Le doy vueltas en torno a mis dedos.
Dentro de poco tengo que rendir cuenta,
cómo vivo las estaciones obligatorias
de mi vida.
¡Cosecha y recogida!
– grita el afiche de las mañanas.
¡Ley y respeto! – así
me saludan las calles llenas de gente.
¡Sensatez y abnegación!
– dicen los sabios el dedo levantado.
Sería poeta…
– sale la palabra de mi boca,
pero la retengo a tiempo.
Pues empezaría a reír a carcajadas
el conserje en la acera
y no abriría a crédito la puerta
diciendo: vaya al Parnaso.
Desde que con alma diferenciada
canta nuestro ser freudiano y angustiado
la canción opaca de la época
nos ríe a carcajadas el estanquero,
el conserje,
el oficinista.
Solamente algunas mocitas con ojos de luz de luna
nos miran con devoción,
pero ellas tampoco aprenden de los poemas
cómo hay que hacer el amor.
Aquí estoy parado, con mis treinta años
dentro de poco. Oh, no me preguntes
puedo levantar paredes,
clavar un clavo o tallar una silla.
Me preparé con soneto
a la lucha para ganar el pan.
Conozco muchas reglas secretas
con las que va a ser más suave la canción.
Las tropas de nieve del niño
las derritió el buen tiempo.
Al frente de quiénes desfilaré
en las plazas solemnes, luminosas.
Sé que tendría que cantar
algo grande para que
se pare el martillo en el aire
sobre el clavo.
Mi tiempo gratis se fue.
Dentro de poco tengo que rendir cuentas,
cómo vivo las estaciones obligatorias
de mi vida.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Oda a los poetas agriculturales
¡Oh, muchachos, vosotros que dirigís rebaños,
tristes porqueros,
golpeados por todos,
qué hermosa y obtusamente
suena el cencerro
en vuestro canto frescoverde
mientras tanto traqueteáis en la acera de hormigón
como el cochinillo en la carreta de mercado!
Quienes jadeando suaves, provinciales canciones,
callejeáis aquí.
Os acompaña mi admiración
entre los buenos y lujosos cafés:
Vosotros sabéis bien cuál camino lleva para allá,
dónde abre su puerta
la pocilga de oro entre los árboles de plata.
Y entra el hijo del pueblo
como está escrito
en la autobiografía
donde pululan los piojos
y se derrama el olor de la pobreza
y la miseria putrefacta,
vosotros, almas de pantalones de lino,
quienes solamente en el museo del cine habéis visto
pasto,
hato,
campesino,
aldea,
¿por qué entró en vosotros
tanto folclore?
Cuando ruge la bestia
y relincha el caballo en el poema
reconozco la suave música de vuestra voz
y lloriqueo como los melancólicos sauces,
hasta el cinturón de tristeza y de pan con nada.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
En tu rostro, soplado por el viento
En tu rostro, soplado por el viento, veo los rasgos de mi madre.
Niña de pies ligeros, ante tus pasos escondí los caminos.
Sedienta de sol, te conduje al bosque impenetrable.
Paloma libre, nos abrazamos entre los arbustos.
Si quisieras comer, te daría mi pan de sabor a tierra.
Si quisieras beber, marcharíamos por el lecho seco del río.
Mis deseos, como los vientos del bosque, despiden el denso olor de lahojarasca.
Tus deseos, como el lago del bosque, reflejan las ramas de mi amargura.
Miras a los demás como a miembros de una extraña tribu,
donde los hombres, después del trabajo, colocan sus hijos en las rodillas, y les cantan,
y cantan a las mujeres puestas en sus rodillas,
y donde la mañana es mañana y es noche la noche.
Yo, como los lustrabotas, doy brillo a los sueños que consigo
en el hotel del Futuro, y apenas tengo tiempo
para nuestras cosas cotidianas. ¿Qué cantaría a los niños?
Mis cantos son amargos y no pueden mecer la alegría de nadie.
En medio del sueño, cuando esperamos la mañana
juntos inconscientes, mi cuerpo dice al tuyo:
vete, niña de ojos alegres, niña de pies ligeros, sedienta de sol,
vuela de tu prisión, libre, luminosa paloma.
Al amanecer, llora el niño. Las rejas caen ante ti
y sus sombras se multiplican en tu rostro soplado por el viento.
VERSIÓN DE ANGEL AUGIER
Meditando
Como un loco lavador de oro
me hundí en las ciudades,
cribaba el fango y los amores
de las noches.
Vivía como podía ser,
este método no es más tonto
que si caminara lentamente los años
detrás de mis intenciones.
Hubiera sido más fácil caerme
en una batalla acentuada,
pero en todas partes me pesaban
manos pacíficas en mis hombros.
Esta época rara como una señorita
se mostró a mis ojos
– para que la admirara y cantara –,
pero no me permitió entrar en su cama.
Mas yo no vine a acechar el milagro,
yo vine a hacer los milagros.
(Señor redactor, ¿necesita el periódico
aún milagros?
o ¿es mejor que yo escriba
en un soneto bien fabricado
la proyección suave y lírica
de mis extravíos?)
Caminante,
que tarareando
estás caminando por la noche
del escaparate al escaparate,
saciado y contentamente
recuerdas al muchacho emocionado
soñando con aventuras
que ahora meditara en tu lugar
vagabundeando con hambre
que huye de su casa
para ir a Cuba como voluntario.
Caminante,
¿por qué es que
marchas ardientes
como corazones febriles
no nacen?
(¿Y esta elegía meditativa
me la escribo a mí mismo
acodándome sobre la mesa de la cocina
yo, cohibido de intenciones
como un loco lavador de oro
me hundí en las ciudades
en el principio de mi juventud feroz?)
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
En esta cantina
Como quien viajó y guarda
su pasaje de nave, escondido en un libro viejo,
y a veces se lo lleva a la nariz y recuerda
el nombre de la ciudad,
de donde al otro día salió para seguir su camino
solamante llenando el corazón
conn recuerdos
y al otro día salió para seguir su camino
El cartero tira a veces una carta
para que uno medite a veces
sobre la vida
Como una moneda lanzada hacia arriba
brilla y resuena.
En esta cantina a donde entro ahora
para unas palabras y un trago
la conversación no es tan delicata
como – por ejemplo – en las noches del Club-PEN.
En el suelo las huellas de dos escupitajos fangosos
el maestro del naturalismo
suelta una broma y brindamos
por el amor a la carne firme y
por los recuerdos de corazones de polvo de carbón.
Ahora
saliendo de los pozos de los días
y quitándome el día como un mono sucio
en el olor de lámpara de carbón reprimido,
lejos del escaparte con olor de humo y café,
del arte,
aquí donde
bajo en una nueva galería de mi suerte
se me ocurre una mesa de cafetería
donde estaba sentado para encontrar la salvación.
La vagoneta del minuto se vuelve
y saca sus recuerdos al suelo fangoso
y hacemos un brindis gesticulando felizmente
y el vejo maestro de la mina empieza nuevo
y recorro los pozos de su vida
como en momentos de la explosión abajo: temblando.
En esta cantina
de un mondo raro
me inunda el agradecimiento por la suerte
de no haber llegado a ser campeón
fino, elegante y exaltado de las palabras
y cayendo en el seno sudoroso del mundo
con dedos sangrientos tengo que cavar hoy también
mis canciones de las piedras rugosas.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Hubiera podido vivir hermosamente
Hubiera podido vivir hermosamente
porque para eso tenía aptitud,
tenía la noche serena y
pasaba horas enteras sin llorar.
Las noches ahora me tiran un lazo corredizo
y mis arterias me estrujan la garganta.
Si estoy amargo ¿quién me hace amargo?
Vivo mi vida
siempre tengo pan y amante
y el vino jamás falta en mi vaso.
Ya no estoy más abandonado, como los que gesticulan sudorosos,
los de las palmas de hojalata,
los que duermen en colchón húmedo.
Cuando vagabundeo por las carreteras
y en una taberna campesina
me acodo en el mostrador,
no me dictan las leyes
que por siempre tendría que quedarme allí
o amaneciendo
tomara otra vez por el camino de la carretera.
Hubiera podido vivir hermosamente
pero los pájaros anidan sus crías en las palmas de mis manos
y alguien ató a mis pies
los caminos.
Hubiera podido vivir hermosamente
pero ahora las casas se construyen en mí
y retumban en mí su destrucción.
Soy el instrumento de algo,
siempre siento sobre mí un gran ojo ardiente
y voy a la deriva por aquí y por allá, aunque
hubiera podido vivir hermosamente.
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Entre nosotros hay silencio
¿Dónde estáis, mujeres austeras,
las de senos de hierro, y pechos de luna blanca,
que nos maman la sed para la justicia?
Una sola huella me mostraría el camino
delante de las terrazas de las cafeterías,
donde se oye el comer-beber, el comer-beber,
un único movimiento me llevaría a vosotras
del apiñamiento de los mercados,
una única palabra me pondría a viajar
hacia mi suerte que angustiosa me espera.
Entre nosotros hay silencio, mujeres austeras,
las de senos de hierro, y pechos de luna blanca.
Quisiera apretar sobre mi corazón
vuestra palabra estimulante, queridas,
pero solo oigo el chachareo, y el chachareo siempre
del dinero, de la moda …¡Grito por vosotras!
Porque solo tengo angustia, tengo angustia, mujeres,
y no siento vuestros corazones, solamente vuestras bocas.
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Ocho versos
No sé
que hay en el fondo del deleite
porque al amanecer
es como si no lo hubiera tenido
porque al amanecer
cada amor
es un pájaro azul disecado
que se le caen las plumas
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Vagabundeo detrás de ti
Vagabundeo detrás de ti
cuando sigo a una mujer durante toda la noche
y en las escaleras sucias también
por ti estoy parado esperando
que tú abras la puerta,
¡tú que no te encuentras en ninguna parte!
Estos poemas también que ahora tarareo
te esperan inhábilmente y sin esperanza.
Oh, no temo de las mujeres,
las conozco y
beso en la boca quien me esté dado,
pero luego
sigo a una durante toda la noche
quien me mira desde la esquina
y otra vez veo que no eres tú,
hoy también se mece tu falda en otra calle.
Y por la noche
encendiendo la lámpara, durante largo rato
miro la muchacha durmiente
que vino a mi casa por la tarde
porque busca alguien, como yo
cuando siga a una mujer
porque la conozco
como hurga el viento en su cabello
y pone en sus hombros
oscuramente
mis sueños…
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Oh, mi bellísima
Tu boca, tus hombros,
tus pechos, tu cadera,
tu ingle y tus muslos sombríos…
Oh, mi bellísima,
por la noche sale el sol,
por la mañana se pone.
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Viejos
Nos quedamos sin ejemplos, muchachos,
los últimos ahora se están yendo.
Cansados caminan delante de nuestros ojos,
apenas saludan a alguien.
¿A quién saludarían, muchachos,
a quién saludarían
los pobres, temblorosos viejos?
¿Quién admira, entre nosotros,
que cumplieran condena en las cárceles
y pasaran por los campos de trabajo?
¿Quién les perdona a ellos
que no entendieran
nuestras falsas teorías,
que no siguieron, cada año, al primero, que se presentaba
y después, no se golpearan, jactándose, el pecho?
¿Ahora,
qué bandera
reverenciar solemnemente?
¿Qué marcha
debe tocar la banda militar?
Aquí vivieron entre nosotros,
¿qué aprendimos de ellos
para dar
a los que luego vendrán?
Aquí vivieron entre nosotros
y nos burlamos de ellos
o pasamos de largo.
Nos interesaron más las mujeres
y nuestras fantasías pequeñas, confusas
las palabras extrañamente fabricadas
y nuestras visiones feroces,
terriblemente admiradas.
Lentamente llegamos a ser hombres,
vanidosos arrugamos el ceño,
tomamos medidas,
formamos juicio
y nos paramos con la pipa en la boca
delante de la cámara fotográfica.
Nuestros hijos andan con muchachas jóvenes,
pero algunas veces,
cuando tienen problemas,
buscan a alguien
en quien apoyarse.
Pero solo se les ocurre Fulano
que siempre seguía la moda,
y nunca dijo no.
Y se les ocurre Zutano que se vendía
tantas veces y a tantos como podía,
y Mengano que era de la opinión
que solamente la opinión oficial
es la única que se debe aceptar,
y el amigo de Mengano que estimó solo
lo que se podía comer o beber.
Es por la tarde,
y en el periódico
hay un nombre
cuadrado en marco negro
entre las fotos de moda de otoño.
Pues,
los viejos
así se van delante de nuestros ojos,
así, sin despedirse
de nadie.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
A la flauta de Pan
Abre tu puerta, amor, aquí estoy de pie,
cumpliré treinta y dos años,
el olor del otoño ya me llega a la nariz, se va el verano,
no renuncié,a ti, ¡pájaro hermoso!
Estoy sentado en tu bosquecillo, y mi pelo pierdo,
ya no tengo tan fresco mi ánimo,
ni tengo tan fresco el canto, pero es más rico,
mis diez dedos aún juegan contigo,
hermosa flauta,
¡solo abre tu puerta!
Oh, hermosos pechos brillaron en todas partes, adonde fui,
generosa fue la mano, generosa fue la boca.
Pero hablan de un alma, de un deseo pasado
que también brilla.
¡Abre tu puerta, amor, sinfuerza aquí estoy de pie!
¿Cómo es tu color, tu forma, cómo es el muslo del alma?
Se va el verano, el olor del otoño ya me llega a la nariz,
el canto a la flauta se convierte en suspiro,
dan risotadas alrededor de mí las vírgenes…
Abre tu puerta, amor,
ya quiero tu calor,
¡no solo tu fuego!
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
He traído fuego
Hasta cuándo se adhiere a mi rostro
tu pecho adornado con besos, oh,
tu pecho adornado con besos ya
no servirá para el amor.
Porque vinieron los extraños,
les has dado tu pecho, oh,
y con él tu cintura temblorosa
también llegó a ser suya, suavemente.
Yo te quería amar,
tomar en la mano tu pecho, oh,
he traído fuego
en lugar de un pañuelo,
anúdalo a tu vientre.
Pero yo no tenía bastante dinero
para que te quedaras a mi lado,
no tenía bastante dinero para
que me tengas en tus brazos.
Ahora por qué tengo que quererte,
si no estás aquí para ser madre.
¿Qué cantaría aquél
a quien parirías en mis brazos?.
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Detrás de las tropas
¡Palidece el cobarde por mi palabra, mi canción
es el presagio de la revolución!
(Petőfi)
Anhelo tu valentía yo,
porque tengo hambre y tengo mucho frío,
pero no brillan en mis ojos tus ojos de fuego.
Estoy sentado cansado, cubierto de polvo,
soy el torso de mí mismo en la noche.
Detrás de las tropas cayó el polvo,
la hierba creció la huella de tu caballo sudoroso,
el Sol mira como una vaca de ubre escuálida
a estos campos de batalla bien pulcros
donde con doble contabilitad enumeran a los muertos.
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Espiritual
¡Deja a mi gente avanzar!
La sequía la golpea,
la inundación la anega,
y como un trapo
cae de su cuerpo
su propia herida abundante –
¡El sudor de la alegría
golpee su piel seca y huesuda!
¡Deja a mi gente avanzar!
Vino de lejos,
de la profundidad grita a alguien –
largas tropas invocan
a los dioses del tiempo,
largas tropas esperan un día
a brillar en el desierto –
¡Deja a mi gente avanzar!
Largas tropas sudorosas,
llenas de heridas,
en el camino
mojado por el sudor
caminan siempre,
en su boca abierta
la sangre se mezcla con sus cantos,
marchan a través de las guerras
con sus caudillos advenedizos,
querrían acampar
al lado de los fuegos brillantes –
¡Deja a mi gente avanzar!
Los jóvenes
quieren esposa
que nunca se vuelva puta,
¡no los corrompas!
Los viejos
quieren sentarse bajo los árboles
plantados por ellos
¡no les llenes de amargura!
Los mutilados
quieren volar,
¡muéstrales el cielo!
Por un camino mojado con sangre y sudor
se cansaron
estas tropas,
y mientras el mundo es pasto de la sequía o la inundación,
¡deja a mi gente avanzar!
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Pasó entre los solitarios del café
Pasó entre los solitarios del café
se detuvo en el humo de un cigarillo
junto a la mesa de unos amantes de manos sudorosas
adjuntó el violín en el mentón
y empezó a ejecutar mezquinas melodías
para cepillar este cafetín como a los demás
con el mismo aburrimiento
Los viejos y los amantes
balancearon la cabeza
al ritmo de las coplitas de moda
como los niños balancean los orinalitos en la mañana
hasta que alguien preguntó al violinista
¿No sabe algo de Bach?
y la luz de una fuga empezó a huir en el humo
Después se le quitaron las ganas de pedir limosna
atrapó la luz del humo
y se fue sin despedirse
Ahora
escuchando las endebles
canciones del mundo
palpo las monedillas
de una frase
y las echo en el sombrero
de amores malos
y de blablablas de otra índole que prometen felicidad
¿No sabe algo de Bach?
VERSIÓN DE FAYAD JAMÍS
MÚSICA PARA GUITARRA
„No es que yo quiera darte
pluma por pistola
pero el poeta eres tú.”
(Miguel Barnet: Che)
(La obra)
Y para no dejar a nadie solo y abandonado
al canario en su cumpleaños obsequiaron un gato,
y él que hasta ahora no fue cuidado por nadie
por supuesto le tocó un guardián.
Sólo esto quedó inconcluso del mundo,
ahora Dios lo observa con placer
y más tarde lo rodeó con alambres
para resguardarlo de cualquier vileza.
(Al otro lado)
De palabras se cubren los periódicos
como bajo la lluvia los caminos se enfangan,
se filtra por las redes nerviosas del hombre
y por su boca borbotea el bostezo.
A esa hora del sueño qué más podría ser:
el pie del hombre se pone en marcha
y por la plaza a su dueño lo atraviesa
en movimiento mecánico da ambos lados de su sexo.
Allá en frente vive la amante del hombre
está acostada boca abajo llenando crucigramas
y cuando se aburre
entre pulgas de anuncios matrimoniales se rasca.
En cierto lugar con recién nacidos se abona el mundo
y rasgan las barrigas de las mujeres amarillas,
pero aquí,
todo termina en el cuarto de baño.
(Si tienes un poco de suerte)
Cuando el hombre nace:
recibe un país como regalo
con su rey y con dorado escudo
y respectivamente el país tendrá valles y montañas
eso en el mejor de los casos.
Cuando el hombre nace:
recibe una ciudad como regalo
con alumbrado especial y con alcalde
y la ciudad bonita con alcalde bueno
será si la suerte lo acompaña.
Cuando el hombre nace:
recibe una calle como obsequio
con el nombre histórico superùltimo
y si nació un día venturoso, entonces
recibirá una calle por donde va el transporte.
Cuando el hombre nace:
recibe una habitación como un obsequio
con cocina y umbral
y si la suerte lo acompaña
hasta encuentra una cama en la que no se aburre.
Cuando el hombre nace:
recibe una caja de madera de regalo
con un nombre y dos fechas doradas
y si un poco de suerte lo acompaña
cuando pase el tiempo
alguien recordará esas fechas.
(Resplandece desde lo más alto)
¡Cuánto de esperamos a ti, Olor de Olivo,
cómo gritamos delirantes tu nombre,
cómo te alzamos sobre nuestros endebles hombros
en días de hambre y sueño,
cómo te llevamos a cuestas!
Fuimos a recibirte descalzos en las nevadas
y en días de calor fuimos sedientos,
los pies hinchados y grietas en las manos
cargamos morteros, juntamos ladrillos debajo de ti,
resplandece desde lo más alto…
y no abandones a esta tropa que se cansó antes de tiempo.
(Mueve por nosotros tu corazón, tus brazos!
(Cuelga tu arma en mis hombros)
Antes
de que el privado cabaret llamado Bienestar
como un intelectual solitario desprecie al mundo
antes que a mi pobre amada
la cambie por damas de brillantes
en un minuto de sinsabor y olvido,
déjame acompañarte por la húmeda calle
y sintamos en los zapatos rotos
el fluir de las aguas y el lodo frío
mientras tanto fumemos el último cigarro,
¡y cuelga tu arma en mis hombros
y tenga el apretón de la cincha
y cantemos a la Revolución!
Que de color se llenen los rostros de los niños pobres,
derribemos la estatua de los saqueadores,
destruyamos la mesa de los banqueros
y que de sueños sin egoismo se llene el corazón.
Acompañarte quiero
antes de que
yo también olvide tu nombre.
(Desierto regado por el alcohol)
Porque sin ti estos cincuenta-sesenta años
son tan solo autocomplacencia de células.
En la erección el amor se acaba
y deja su lugar
al tedio de la carne satisfecha.
No paren las mujeres
pero si dan a luz:
los niños juegan a policías y ladrones
hasta que pertenecen a los grupos gamberros
de las adolescentes-putas y
a los jefes con tatuajes en sus penes.
Porque
de las heridas administradas con cuidados
no salta la sangre
pues la herida no surgió por ti
ni en la arena de apretados dientes
no rechina el estímulo de la furia
únicamente algún sonido de trompeta
se arrastra solitario, o
las histéricas guitarras eléctricas sin tino galopan
en el desierto regado por el alcohol.
Porque el amor empalagoso
y la sedosa hierba de sumisión sufrida
encubren sin ti el trillo de la jungla
de nuestros sentimientos.
Cuelgan de los cuerpos puños podridos
que recorren las pulgas de las ilusiones burguesas
o puños dentro de los bolsillos con dedos pescadores de monedas
o puños esclavos arrastrados entre horas de placer
que como perros policías
ya sólo ladran –
Porque en las camas arrugadas
en el éxtasis de misericordia post-morte
frente a las puertas,
frente a los placeres,
frente a las funerarias
sólo manosear se puede a la vida
con temblorosas manos y
sucias por la eterna muerte.
(Las horas antes de la aurora)
Llegó un hombre
que cantó así:
Como los espíritus
en la medianoche nos mezclamos con ustedes.
Las horas antes de la aurora son oscuras.
Sólo las botas suenan en la noche
entre las hierbas del monte, sólo
se oye en la oscuridad el susurro de los murciélagos de la amargura
que con sus alas crujen sobrevolando los poblados.
Nuestras manos se pegaron a la culata
del fusil porque lo amamos.
Buen fusil, – le decimos – ¡ama la sangre,
y no al trino de las aves, no al viento,
como los poetas y otros humanistas!
De bibliotecas es el humanismo,
y los estantes crujen con él.
Nuestros ojos por el hambre son pozos negros,
que de mil formas nos humillaron.
Buen fusil, – le decimos – ¡ama la sangre!
(Y veo que escupe la sangre y la tierra,
alumbran sus ojos de su cara enfangada,
cualquier día se convertirá en soldado desconocido,
obesos diplomáticos depositarán ofrendas
de flores en su tumba, y la calle y el almacén
llevarán su nombre,
– yo sus puños acecho
y me inclino
por el fusil lleno de fango.)
Aprieto con fuerza en mi boca tu nombre,
como el verdín el que se ahoga.
Entre mis dientes traspaso tu nombre
a través de mentidos amores.
Habría que hablar de ti y cantar tu nombre,
como canta el soldado a quien capturan,
pero tu nombre es la primera palabra de cada signo estratégico
así pues pronunciarlo está prohibido.
En las amargas conspiraciones de mis horas, cuando
la inquietud vigila recelosa la miseria
escucho en cada nombre pronunciado
lo que aún queda por decir del tuyo.
Si mi camisa ensangrentada desgarrara
con la que de obligaciones me vistió el mundo
todos podrían ver sobre mi piel tu nombre,
entonces todo sería más sencillo.
Pero tu nombre sigue apretado en mis dientes
y como el padre que en la trinchera mira
las fotos del hijo que no vio nunca
así te miro esperanzado.
(Al final de la leyenda)
También Dios al final de la gran leyenda
mandó a crucificar y dio de beber vinagre,
a quien tanto se enfangó por él
para beneficiar su creación moribunda
que repite sin cesar: ¡yo, yo!
y sólo llega a la tropa para el atraco
o si el amo le sube al tren militar
y entonces con arrogancia baila su amargura.
Si quedara algo bueno todavía en el mundo
estos pequeños traidores pronto lo ensucian
para después compartir ese mismo destino
y esperar glorias, contoneándose bajo las luces.
Pues no sé si valiera la pena, ver
a quien le temen los cobardes.
El cuerpo del héroe atraviesa la violenta muerte
y por los comedidos gusanos es devorado.
(Recordatorio)
¡Oh, Principe de este mundo cacofónico,
si alardeando nos escupimos a la cara,
frente a Dios no hables de nosotros,
tan sólo implora por nosotros, Che Guevara!
VERSIONES DE YOLANDA ULLOA
EL DESEO DE LOS PÁJAROS
Manifestación
Entre dos hileras de casas tarareo una canción feroz:
en la época de la Canción nacional
que diceOh si fuera yo millonario
con elMarseillaise
rompería todas las ventanas
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Entrevista
– ¿Cuándo cometí el primer error?
– Cuando nací como Mihály Ladányi
escogiendo la llanura como tierra natal,
el ramo de acacia como corona,
el abrigo de bolsillos vacíos,
el zapato desgarrado,
el álamo como brújula,
el viento lluvioso como perro,
la amante coqueta,
el objetivo que se deshace en la lejanía.
– ¿Es Usted un genio?
– Negativamente sí.
VERSIÓN DE YOLANDA ULLOA
Paralelos
Yo no alcancé muchas cosas Al fin y al cabo soy un don nadie Yo dejo poemas detrás de mí Corre esta vida confusa Hasta cuándo se meten conmigo unos funcionarios |
¿Tú qué alcanzaste? ¿Qué eres tú? ¿Tú qué? ¿La tuya no? Por ejemplo tú. |
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN |
Motivo
Entre dos risas
hay un silencio momentáneo
de la muerte vagabunda.
Pero, si estoy sentado en este silencio, y
me imagino este necrólogo,
me domina una carcajada.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
El deseo de los pájaros
El perro que tiene frío en mi cuerpo
ahora me dice
qué bueno sería
acostarse delante de algún fuego.
La mirada de perro que se esconde en mis ojos,
mi bostezo cansado de perro,
mis calcetines sudorosos,
mi pocilga miserable,
mi rascar
me animan
resignada y tristemente.
Pero en vano.
Porque desde hace días
no tengo más
que el deseo de los pájaros por el cielo.
Y como un cable roto
caído a tierra y con señales amargas
palpito en la tierra:
estoy harto de
los cables rotos,
las revoluciones aplastadas,
los ejemplos
de paripé en las plazas,
la leche ensangrentada,
los cuentos,
las leyendas,
la patria sin casa
y la casa sin patria –
Y sería bueno al fin
volar a algún lugar,
donde existiera
lo que no hay.
Aunque fuera al cielo,
donde no está sentado
al final del cable roto,
solitario y maldiciendo,
Dios.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Meditación
Si otra cosa no me queda,
tal vez mi amargura,
tal vez mi grito desesperado,
tal vez mi impulso último,
tal vez el pecho abierto,
tal vez, como una espada entre los dientes,
mi maldición cubierta de herrumbre
en el silencio
después de rendir la bandera.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Fragmento
y cuando el viento
lleva consigo
la nube desangrada
les brilla un nuevo Sol
y recitan otra vez el Nuevo Mundo
pero mientras tanto quieren el viejo
y durante la resurrección
de los señores jueces
se tararean marchas roncas,
y nosotros nos miramos
inactivos, impotentes y recelosos
de nuevo.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Vuelve
Durante años te rodeó la gloria,
tu gorra con visera estaba de moda,
las actrices se la ponían en una pose de granuja,
cómo utilizó tus palabras preferidas la literatura.
Miles vivieron de ti,
te nombraron diputado, te transportaron en coche negro.
La historia – así pareció –
indemnizó a sus desalojados.
Desde tu edad de aprendiz el torno,
al día de cobro la barra, unas jarras de cerveza.
En casa la mujer gorda por los partos.
El chaval no te presenta en la fiesta universitaria.
Unos años más, y se comenta en la plaza
que estás flojo, que no trabajas –
Y las odas
se convierten en glosas.
¿No sé qué puedo pensar de ti?
¿A mí me echas de menos? ¡Vuelve!
Tal vez tienes unos compadres en alguna parte.
La barra del bar con el mismo charco de cerveza que ayer.
No estés con los brazos cruzados en casa,
no cortes el cesped,
no lleves de paseo el perro por la noche.
Ven entre la gente. Haces falta. ¡Vuelve!
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Folclore
Mientras tanto los economistas excitadamente nos explican
el principio del interés individual
en la sociedad colectiva,
mientras tanto nos enseña Guevara para ser valientes
y las noticias del periódico nos empujan hacia
los búnkeres de los agujeros de ratón,
donde podemos defender lo que tal vez nunca tendremos,
mientras tanto los pequeños dioses devoran al gran Dios,
esparcen relámpagos y fabrican truenos
y preparan bajo nosotros calderas de azufre,
mientras el homo sapiens se perfecciona en juegos olímpicos
pero la industria nos quita la costumbre de andar a dos patas
y el maullar furioso prohíbe la música,
¡tú no te preocupes!
El viento zumba aún su melodía al árbol huérfano de la noche,
el grillo aún cuenta su cuento a la hierba despertada
y el hambriento también afila su cuchillo.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Ebrío
Beethoven meditando se sienta en el umbral,
oye aún los ruidos de afuera,
el toqueteo de la lluvia sobre los techos,
al cartero que arrastra los pies por la escalera.
Un silencio grande, extenso
le cerca como la niebla. Mañana es domingo,
mujeres bien vestidas van a misa,
todo pasa según el horario de Dios.
Solamente los mirlos
entraron por sus tímpanos y allá
cantan en feroz, hermosa algarabía.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Optimismo
No nos pueden ahogar
dos veces en el mismo río.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Anuncio
Curemos la salida del sol,
curemos el despertador,
curemos la mañana,
curemos el pan,
curemos las manos,
curemos la amistad,
curemos el porvenir
aplazado.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Rectificación
Usted no es deudor
de la Caja de Ahorros,
sino de Robespierre
y de Karl Marx.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Luto
Lo que más nos gustaría es vivir de nuevo
y vagabundear con ellas en el olor de la hierba,
con tanto cariño hablan de nosotros al fin
nuestras viudas de quienes nos hemos muerto.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
Fin de la semana
…y al fin en el jardin
una calabaza aburrida
enchufó
la luna llena.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
Diferencias
Quien no dice nada
nunca miente –
quien cierra la boca
oculta una verdad –
el disimulo de una verdad
es más vergonzoso que diez mentiras,
porque diez mentiras
ya dicen algo de la verdad.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
De un día a otro
Cuando la herrumbre se convierte en hierro,
y el honor en ser humano.
La soledad colectiva sigue buscando compañeros
y no nos ahogamos dos veces en el mismo río
porque pensamos, defendámonos.
No gira hacia atrás la Tierra
de día brilla el Sol
y ocurre que
Karl Marx sale del cartel publicitario,
Prometeo provoca incendios libremente.
VERSIÓN DE ANTONIO ORIHUELA
{Buenas noches, soledad}
Buenas noches, soledad, amor,
buenas noches, mi tiritón.
He probado todo bajo el sol,
ya no puede humillarme nadie,
ni poder, ni mujer, ni amigos,
ya llevan mis pies
en dirección frente a suerte.
VERSIÓN DE ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
SOBRE LOS TRADUCTORES
ANGEL AUGIER (Holguin, 1910 – La Habana, 2010) poeta, ensayista, periodista, investigador literario y crítico cubano. Era doctor en Ciencias Filológicas por la Universidad de La Habana, con estudios posteriores en el Instituto de Literatura Mundial Máximo Gorki de la Academia de Ciencias de Moscú, una de las grandes figuras de la literatura cubana contemporánea. Era miembro de Número de la Academia Cubana de la Lengua, miembro del Consejo Asesor del Centro de Estudios Martianos, miembro fundador de la Unión de Periodistas y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y presidente de la FundaciónNicolás Guillen. Ha sido, además, coeditor de revistas literarias cubanas y colaborador de varias publicaciones periódicas de otros países. Como conferencista invitado y como becario de la Unesco, ha viajado por numerosos países de América, Europa y Asia central. Fue condecorado con la Orden Nacional Félix Varela de Primer Grado y obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1991. Su obra poética se encuentra reunida en una antología publicada en 1980 y en Todo el mar en la ola en 1989.
FAYAD JAMÍS (México, Zacatecas, 1930 – Cuba, La Habana, 1988) poeta, pintor, periodista, diplomático, dirigente cultural, fue fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Fue profesor de la pintura de la Escuela Nacional de Arte, Secretario de Publicaciones de la UNEAC y jefe de redacción de la revista Unión. Fue traductor de Paul Eluard, Attila József y otros poetas.
Exiliado en París en la década de 1950, su obra poética alcanzará momentos de impresionante belleza. Al decir del poeta Roberto Fernández Retamar, Fayad Jamís fue ”una de las sensibilidades más puras de la poesía cubana” y lo considera uno de los poetas más importantes de su generación, en el continente.
Obra poética: Brújula (1949), Los pájaros y el polvo (1954), Vagabundo del alba (1959), Cuatro poemas en China (1961), La pedrada (1962), Los puentes (1962), Por esta libertad (1962), Cuerpos (1966),Abrí la verja del hierro (1973)
YOLANDA ULLOA (Cuba, La Habana, 1948 – ) poeta y actriz, durante 17 años trabajó como actriz en el afamado Grupo teatro ”Bertolt Brecht” hasta su desintegración en 1990. Desde esa fecha y hasta la presente trabaja como directora y actriz del grupo Teatral ”El Farol” de la Agencia Artística de las Artes Escénicas del Ministerio de Cultura de Cuba. Cursó estudios de superación profesional en el Instituto Superior de Artes Escénicas de Hungría. Poemas suyos aparecen en numerosas antologías cubanas y extranjeras.
Obra poética: Los cantos de Benjamín (1967), Pequeño proyecto para emprender la noche (1983), Techo de vidrio para una cigarra (2004), Silbo del alma (2005)
ISABEL PÉREZ MONTALBÁN (Córdoba, 1964-) representante de la poesía de convicción de España. Ella dice: ”Nunca he creído que la poesía pueda ser una arma cargada de futuro, sino sólo una de las formas de expresión de cada época que refleja el pensamiento y las formas de vida de ese momento histórico. Como la vida no es idílica, es lógico que el creador se haga eco de su entorno, de lo humano y sus trastiendas. El poeta elige huir de la realidad o sumergirse en ella pero, personalmente, no soy capaz de escribir sobre los mirlos trinando en sus ramas mientras tres cuartas partes del mundo sobreviven en la pobreza.”
Obra poética: No es precisa la muerte (1992), Pueblo nómada (1995). Fuegos japoneses en la bahía (1996), Puente levadizo (1996), Cartas de amor de un comunista (2000, reedición 2007), Los muertos nómadas (2001), De la nieve embrionaria (2002), El frío proletario (2002), Nocturnos de tina (2004), La autonomía térmica de los pingüinos (2006), Siberia propia (2007), Animal ma non troppo (2008)
ANTONIO ORIHUELA (Moguer, 1965-) representante de la poesía de convicción de España, escritor, ensayista, investigador, doctor en Historia por la Universidad de Sevilla. En el campo del ensayo, caben destacarse, La Voz Común: una poética para recuperar la vida (2004). Coordina los Encuentros de Poetas Voces del Extremo, de Fundación Juan Ramón Jiménez desde 1999.
Obra poética reunida: Para una política de las luciérnagas. Antología poética (1995-2005), últimos libros de poesía: Comiendo Tierra (2006), Tú quien eres tú (2006), La ciudad de las croquetas congeladas (2006), Durruti en budilandia (2007), Que el fuego recuerde nuestros nombres (2007), La destrucción del mundo (2007), Narración de la llovizna (segunda edición 2009), Madera de un solo árbol (2009)
SOBRE EL ILUSTRADOR
HUBA BÁLVÁNYOS (Hungría, Budapest, 1938-) artista gráfico, profesor, condecorado del Premio Mihály Munkácsy, Albert Szent-Györgyi, József Eötvös, Medalla Monte dei Paschi di Siena. Tuvo 120 exposiciones individuales. De 1963 a 1972 enseñaba en la Escuela Superior de Arte de Budapest, luego en la Escuela Superior de Magisterio como jefe de cátedra del dicho instituto. Actualmente es profesor emeritus de la Escuela Superior de Magisterio.
[1] István Mészáros: El desafío y la carga del tiempo histórico [vissza]
[2] Tomás Borge: Un grano de maíz [vissza]
[3] Ernesto Che Guevara: Diario en Bolivia, septiembre 8 [vissza]